La obra del mexicano Joaquin Carreño es diversa, irreverente, surreal, crítica y propositiva. Dentro de su práctica le ha dado vida a series pictóricas que hablan de universos paralelos, situaciones oníricas y cuestionamientos políticos. Sin enfocarse en una sola técnica, Carreño logra mediante sus trabajos fundir la academia clásica con el lowbrow de los años 80. La tipografía de la cultura popular mexicana con retratos de personajes cotidianos. Los oficios locales con animales humanizados. La
realidad contemporánea con características mesoamericanas. La política con la belleza. El abismo con la luz. Joaquin Carreño, mediante su obra, es un cuestionamiento constante. Es la reinterpretación a través de conceptos históricos, políticos y surrealistas que chocan en escenarios familiares pero con características profanas. Es en su pintura y dibujos, en colaboración con los formatos, que logra definir una línea editorial que va más allá de lo decorativo o chusco, y que se enfoca en lo profundo desde una estética agradable, figurativa y consciente. Las piezas de Carreño son una descripción somera de un México que se fundó en el Imperio Mexica, entre frascos de caguamas y constituciones maltrechas, adormilado por el sueño americano e interferido por la psicodelia de una cultura saturada, enriquecedora y kitsch.
SMF.