DECLARACIÓN
HISTÓRICA: RETRATO
En términos
generales, el retrato se refiere a cualquier representación de una sola figura
humana, esta forma artística ha buscado capturar la semejanza, el carácter y/o
el estatus de un individuo específico. Este concepto tiene sus raíces en la
antigüedad occidental, cuando los emperadores romanos entre estos Augusto
enviaron estatuas de rostros idealizados a los confines de su imperio para
reforzar su autoridad. El renovado interés por el humanismo durante el
Renacimiento trajo un florecimiento en el retrato, desde ñas imagenes muy
detalladas de Enrique VIII de Hans Holbein, hasta los francos cortesanos
pintados por Sofonisba Anguissola. Durante la Edad de Oro holandesa, la
creciente clase de comerciantes utilizó los retratos para mostrar su éxito
económico, como en el trabajo de Frans Hals o Rembrandt van Rijn.
La invención de
la fotografía a mediados del siglo XIX hizo que los retratos fueran asequibles
para un segmento más amplio de la población, mientras que el advenimiento de la
abstracción empujó a los pintores a considerar los estilos de vanguardia como
el cubismo, que se observa en las representaciones fragmentadas de Dora Maar de
Picasso. Los artistas contemporáneos continúan probando la definición de
retrato; Las esculturas de tamaño natural de Cajsa van Zeipel, totalmente
blancas, aplican un formato tradicional a personajes anónimos, mientras que
Wanda Bernardino oscurece los rostros en las imágenes, confundiendo la
capacidad de la obra para transmitir semejanza.